De colores...

¿Qué sería de nosotros en un mundo sin color? Imaginamos y soñamos en color. Contemplamos colores por doquier. Todo aquello que pertenece a nuestra realidad tiene un color. Y es que hasta nuestras voces tienen colores.

“Trato de aplicar colores como palabras que forman poemas, como notas que forman música”
Joan Miró
Dime una palabra - pidió él sujetándole la mano.
Agua - respondió ella, arqueando una ceja.
¿Azul?,- preguntó él.
Pero no un azul cualquiera -apuntó ella- que sea un azul cobalto intenso, aplicado con la fuerza con la que solo los impresionistas saben dar color sobre sus lienzos.
¿Impresionistas? ¿Como Monet?
Ella frunció el ceño y refunfuñó para sus adentros. ¿Acaso lo dudabas?- Preguntó haciéndose la sorprendida. Él la miraba extasiado, sin poder dejar de atravesar con su mirada el verde esmeralda que brillaba en sus ojos.
Ahora tú, dime una palabra.
Sol – contestó él, fugaz.
Demasiado fácil. -esperó unos segundos mientras irracionalmente apoyaba su dedo índice sobre su carnoso labio bermellón y dirigió una mirada desafiante-
Amarillo -dijo entonces-
¿Hablamos de Van Gogh?
 

Los colores impregnan todo. Se asocian con los sentimientos y las emociones. Si hablamos de amor y pasión, pensamos en rojo. El blanco simboliza la pureza. El verde nos evoca la naturaleza, la tranquilidad, la paz y armonía. Lo mágico, místico, elegante y sensual se asocia al violeta. Y si pensamos en el otoño, un amanecer, la añoranza o la suavidad, podríamos teñir nuestros pensamientos de naranja. Obviamente el frío y la templanza vienen de la mano del azul. Y el amarillo nos llena de vitalidad, energía, es el bendito color de la juventud.

Existe una disciplina que se encarga del estudio de los efectos que provocan los colores en nuestro cuerpo, y como reaccionamos frente a ellos, hablo de la colorterapia. Está demostrado que gracias a este método que usa como base los colores, podemos ayudar a estabilizar los trastornos que sufrimos físicos, mentales y emocionales.

Pero, ¿cómo nos afecta eso en nuestro día a día?

Nuestro armario se tiñe de colores oscuros y tierras cuando estamos bajos de ánimos, estresados o sin ir más lejos con la llegada de las estaciones lluviosas y frías como lo son el otoño y el invierno. Sin embargo, con el cambio a estaciones más cálidas, nos encanta renovar el armario completamente. Aclaramos la paleta del guardarropa, dándole un toque de color y calidez.

Quizás nunca nos hemos planteado que nuestra forma de vestir es una especie de escudo protector con el que cubrir nuestro cuerpo.

El aspecto es la imagen que ofrecemos de uno mismo, será primera impresión y carta de presentación. La vestimenta que usamos nos define. Con ella podemos mostrarnos u ocultarnos de los demás, según sea el caso. Aunque parezca que no ponemos atención al elegir nuestra indumentaria, y que todo es producto del libre albedrío, el inconsciente gusta de proyectar nuestro “yo” interior al mundo exterior. Prueba a analizar tu estado emocional ¿cómo te sientes hoy? y ahora, mírate al espejo ¿están relacionados?

Porque una vida llena de colores es apasionante, ¡expresémonos con ellos!  

Valentina Del Sur


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